Agridulce será el sabor que tendrá el triunfo que obtuvo Sony con el Blu-ray en la "guerra de la alta definición". Ganaron fácilmente gracias al lector de Blu-ray de la PS3, y quizás esta sea recordada como una de las "guerras de formatos" más corta de la historia (la pelea entre el VHS y el Betamax duró varios años). Pero por otro lado, lograron imponer su formato de discos ópticos justo cuando ha llegado el momento de la transición hacia la distribución por descargas, por lo que todavía no es correcto que se pongan a celebrar y presumir de que tienen en sus manos el futuro de Alta Definición.
En realidad, Sony está en una situación delicada, ya que tendrán que pasar por lo menos unos 3 años para que el Blu-ray se masifique entre los consumidores, y para entonces los anchos de banda ya serán lo suficientemente buenos como para que la mayoría de las personas consideren la descarga de contenidos como una alternativa viable.
Ese es el nuevo escenario que se empezará a configurar a partir de ahora: Una guerra Discos ópticos vs. Descargas. El HD-DVD siempre tuvo pocas posibilidades, y Microsoft lo sabía. Ellos apoyaron al formato de Toshiba solamente para "ganar tiempo", para que el Blu-ray no se convirtiera tan rápido en estándar y ellos pudieran desarrollar adecuadamente su sistema de descargas y distribución online. Basta ver la keynote de Bill Gates en la CES. A pocos días de que la Warner se pasara al Blu-ray, Microsoft en vez de "rescatar" al formato que supuestamente apoyaban, anuncia medidas para darle un "empujón definitivo" a las descargas de contenido. Lanzan un portal de videos de los juegos olímpicos, empiezan a ofrecer shows de TV y películas por el bazar de Xbox Live, y desarrollan contenido interactivo para el Microsoft Mediaroom. ¿No es demasiado obvio? Ahora vemos que Michael Bay no estaba tan equivocado cuando dijo que "Microsoft estaba siendo hipócrita al decir que apoyaba HD-DVD, cuando en la práctica respaldaba a la divulgación digital".
Lo divertido de esto, es que al cambiarse los "bandos de batalla" los viejos enemigos pueden encontrarse ahora peleando en la misma trinchera. Me refiero a Apple, que a pesar de pertenecer a la "Blu-ray Disc Association", no ha demostrado en la práctica su apoyo al formato del rayo azul. Más bien, utilizando las palabras de Michael Bay, ha sido hipócrita al decir que apoya al Blu-ray, pero respaldar la divulgación digital con el Apple TV o la iTunes Store. En realidad, en esta guerra por la Alta Definición, Apple y Microsoft son más aliados que enemigos. Apple apoyó el Blu-ray porque no necesitaban de tiempo adicional para desarrollar sus sistemas de descarga de contenido, que ya están bastante bien desarrollados. Prefirieron "irse a la segura" y garantizar que en cualquiera de los casos, se masificase la divulgación digital o no, ellos estarían del bando ganador.
Pero también cabe preguntarse, ¿Conseguirán las descargas de videos y películas tener el mismo éxito que tienen las descargas de música? ¿O quedarán relegados al olvido y al fracaso como les pasó a los e-Books? Yo personalmente pienso que lograrán ser muy populares, y que si los anchos de banda mejoran sustancialmente en los próximos años, hasta podrían relegar a un segundo plano al flamante Blu-ray. Comparar a las descargas de películas con los e-Books no tiene sentido, porque en el caso de los libros digitales, la experiencia de la lectura se veía alterada a causa de supresión de los elementos físicos. A la gente le agrada la sensación de dar vuelta la hoja cuando lee, la textura de las páginas, leer en la cama a la luz de una lámpara. Eso te lo quita el e-Book, la experiencia de usuario final es alterada y empeorada. En cambio, el que una película sea descargada de Internet o sea comprada en un disco óptico no influye en lo entretenida que esta sea, el resultado es el mismo y la experiencia de usuario no se ve alterada. Pero también es cierto que mucha gente disfruta y se empeña en crearse verdaderas videotecas en su casa, a las personas les agrada tener una película con una carátula y una caja que puedan ver y tocar, que puedan prestarle a un amigo, que puedan vender, etc. Quizás sea una cuestión de hábitos y cultura, como lo fue con la transición desde los CDs de música al formato MP3. A lo mejor van a convivir ambos formatos, la gente descargará contenido HD por Internet y lo grabará en discos de Blu-ray para compartirlo. A lo mejor las tarjetas SD cumplirán esta función, relegando al Blu-ray al fracaso. O quizás los esperados discos BR de 200GB anularán la masificación de las descargas por Internet. Lo único seguro es que esta guerra esta lejos de terminar, y que todavía queda mucho camino por recorrer para que aparezca un ganador definitivo.
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