Ya lo decían algunos analistas hace unas semanas. El frenazo en el crecimiento de la veta publicitaria de Google, junto con una pérdida en el porcentaje de mercado en "la guerra de los buscadores" han colmado la paciencia de los accionistas de la poderosa firma de Internet, quienes han retirado sus inversiones, provocando que el precio de las acciones de Google se desplome, llegando a valores que no se veían desde hace algunos años.
Durante mucho tiempo habíamos estado acostumbrados a enormes alzas en las cotizaciones de Google, las cuales llevaron a la compañía a pasar de los 85 dólares por acciones por los que salió a la bolsa en 2004, a más de 700 dólares a fines del 2007. Esta ascención imparable siempre se fundamentó en un crecimiento exponencial de las utilidades de la empresa, tanto en el área de anuncios vía AdSense, como de publicidad contextual en los resultados de las búsquedas. Tan sólo los beneficios por estos dos conceptos crecían en más de un 30% cada año.
Pero a principios de este año sucedió algo. Por alguna extraña razón, los clicks en los anuncios contextuales no sólo se estancaron, sino que a partir de febrero empezaron a disminuir. También descendieron los ingresos de las webs que incluían publicidad de AdSense, y las campañas de AdWords empezaron a ser menos exitosas. Al principio se pensó que esto podría ser a causa de la reducción del "área clickeable" en los anuncios de Google que se aplicó en enero de este año, pero esa explicación ya está descartada.
De momento se desconoce el motivo de este inoportuno parón (¿Será tratará de una burbuja que está por explotar?). Lo único claro es que el gigante de Mountain View está en un claro estado de estancamiento, con síntomas de pronta recesión, algo que ninguna de las periódicas mejoras en el servicio del buscador han podido evitar. Pero a la competencia tampoco le va demasiado bien.
Vía Ojo Buscador
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